Él es una bestia que solo ella puede domar.
Al abrirse un portal oscuro que arroja bestias sombrías en un centro de investigación, la unidad de Kaida es enviada para destruirlas. Pero lo último que espera es que el enorme dragón que hay entre las criaturas la reclame.
Para evitar un conflicto intergaláctico, y para llevar a cabo una importante misión, acepta un matrimonio temporal de conveniencia con el Señor de las Sombras, Cedros. Pero con cada día que pasa, se siente atraída por el dulce y poco sociable macho que se oculta detrás de su papel de protector fuerte y temible de su reino.
Ella es su paz y su salvación.
Durante décadas, Cedros buscó en vano a la única mujer que silenciaría su creciente locura, acabaría con el dolor que torturaba su cuerpo y pondría fin a la soledad y el aislamiento que son la maldición de un Señor de las Sombras. ¿Quién iba a pensar que sería una mujer forastera? Y, sin embargo, aquí está, su pequeña Kaida, una humana tan frágil, tan delicada y, sin embargo, tan fuerte. Su mera presencia le proporciona una paz divina.
Su simple abrazo despierta sentimientos y emociones que él nunca creyó posibles.
¿Cómo puede convencerla de que se quede con él en este mundo tan mal adaptado a su especie, y cuando ella no vino a él por elección, sino por deber?
Al abrirse un portal oscuro que arroja bestias sombrías en un centro de investigación, la unidad de Kaida es enviada para destruirlas. Pero lo último que espera es que el enorme dragón que hay entre las criaturas la reclame.
Para evitar un conflicto intergaláctico, y para llevar a cabo una importante misión, acepta un matrimonio temporal de conveniencia con el Señor de las Sombras, Cedros. Pero con cada día que pasa, se siente atraída por el dulce y poco sociable macho que se oculta detrás de su papel de protector fuerte y temible de su reino.
Ella es su paz y su salvación.
Durante décadas, Cedros buscó en vano a la única mujer que silenciaría su creciente locura, acabaría con el dolor que torturaba su cuerpo y pondría fin a la soledad y el aislamiento que son la maldición de un Señor de las Sombras. ¿Quién iba a pensar que sería una mujer forastera? Y, sin embargo, aquí está, su pequeña Kaida, una humana tan frágil, tan delicada y, sin embargo, tan fuerte. Su mera presencia le proporciona una paz divina.
Su simple abrazo despierta sentimientos y emociones que él nunca creyó posibles.
¿Cómo puede convencerla de que se quede con él en este mundo tan mal adaptado a su especie, y cuando ella no vino a él por elección, sino por deber?
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